No huyan.

No teman de la oscuridad que aquí se pueda encontrar. No come a las personas, no las absorbe. Sólo formarán parte de un mundo loco.
Entre sin miedo.

sábado, 23 de abril de 2011

Universo, tan maravilloso regalo.



- Cuando me conociste, dijiste que veías el universo en mis ojos.
- Y lo sigo viendo.
- ¿Y el día que el universo se apague?
- Ese día cerraré mis ojos.

Símplemente una frase perfecta para el momento perfecto en el que los protagonistas de Los ojos de Julia se encuentran.
El universo puede hallarse en cualquier lugar, en cualquier momento o con una simple mirada. Pero nuestras mentes cerradas nos impiden verlo. El universo es ese lugar tan magnífico que nos entretiene cuando lo vemos; si lo perdemos, ya no nos queda nada. Es algo que necesitamos.

¿Dónde ves tú el universo?
Piénsalo, no es fácil saber la respuesta.

El Fin puede ser también el Comienzo.

Las olas arremeten contra las rocas del desierto paseo marítimo tan innovador que había sido construido apenas meses atrás. Jamás sus pies descalzos habían pisado ese sitio, ni acercarse a la playa, ni al mar ni a ningún sitio que diese libertad a su ser. Le dolían las plantas de la larga caminata que sus pasos vacios de sentido habían decidido conducirla hacía allí, el agua salada tan purificadora curaría sus heridas cuando, al pasar por encima de las desnudas olas, los pequeños charcos de agua marina que, en ocasiones, el crepitar de las olas dejaba con su fina espuma blanca llena de sal que al rato desaparecía dejando un pequeño lago como si una persona allí hubiese yacido llorando por lo cual sus lágrimas pasaban ligeramente desapercibidas entre la lluvia que se arremolinaba en torno a ella. Se sentía como en el ojo de un huracán que quiere hacer que se desprenda de cada miseria que su cuerpo ha albergado todo este tiempo hasta que decidió huir. Sigue dando los pasos a ciegas pese a que en ocasiones su piel resbala en la roca húmeda produciendo que su equilibro le de falsas esperanzas y las ilusiones de caer al agua y terminar aparezca tan rápido como se van al pensar en la tontería tan grande que es eso para una persona como es ella. 
Extiende los brazos y pone rectas las palmas de las manos para tratar de sobrevolar como las gaviotas ante las tormentas y poder mantener su postura recta; como un acróbata de circo, coloca un pie delante de otro y anda así esquivando rocas y espuma salada hasta el final del trayecto. De sus labios sale una cancioncilla infantil que, con los mismos pasos que ella misma daba, se jugaba en el patio del recreo:
- Chapi, Chapo, Chapi, Chapo... - Susurra la cantinela de su infancia queríendo regresar a ella.
Echa la cabeza hacía atrás en el momento en el que la lluvia hace el completo acto de presencia en la escena para borrar cualquier resto de la otra agua salada que hay en el lugar. La gente de la calle sacan sus paraguas y se defienden de las agradables aguas dulces caídas del cielo para que no estropeen su estúpida fachada que tanto quiere mostrar pero que en realidad no es absolutamente nada más que una mascara que se colocan por la mañana para que el restro del día les acompañe y no les defraude a la hora de engañar a los demás inquilinos de este estropeado mundo; por un instante, sólo unas décimas de segundo o tal vez un poco más sin exagerar, sus miradas oscilan de los pasos de la calle a la muchacha, que bailoteaba con la cabeza apuntando arriba y una tierna y desquiciada sonrisa en los labios, y sin importarles apenas su procedencia pensaban que de una loca se trataba que fugada del psiquiátrico andaba corriendo de un lado a otro y que, si Dios lo quería, terminaría ahogándose en las aguas profundas que se llevarían su alma y sus restos a donde nadie pudiese recuperarlos. Y ahí terminaba el pensamiento, a nadie se le ocurria pensar que la familia de la joven andaría buscándola o que podía ser que alguien la hubiese drogado, se hubiese escapado y ahora la buscaban para darla caza y matarla. Pero claro, si no es familiar ni conocido, ¿para qué preocuparnos?.
Hipócritas.
Y la joven no quiere reconocer que vive en un mundo pobledo de ellos pero sabe en el fondo que es verdad y que no puede negarlo en absoluto que,tanto su alma como las de los otros, están condenadas a caer en las manos desgarradoras del olvido y el dlor por mucho que traten de repelerlo los encontrará y, cuanto más tarde en hacerlo, más duro para sus ancianas penas será. Pero eso ahora le da igual, no la importa nada que le pueda hacer más daño que el cardenal que comienza a aflorar en la mejilla de su cara que antaño fue de porcelana irrompible y ahora estaba tan desgarrada. Había huido de la persona que la mataba por dentro y ahora se sentía libre, había luchado con fuerza contra su mal personal y ahora sabía que ya no le iba a hacer nada más que dejarle esa pequeña y marcada huella, que todo iba a quedarse como una pesadilla que nadie desea al irse a dormir. Una risa, ligeramente estridente, escapa por entre sus dientes y sus labios se curvan en una sonrisa que acompañe la felicidad y locura que en esos momentos inunda cada parte de su ser dándole esa esperanza que los demás que vivimos en este mundo tan absurdo no somos capaces de sentir.
La muchacha nota la mirada de alguien atrás, se gira sobre sus talones con el vestido de la última cena empapado en lágrima, mar y lluvia con unas ligeras manchas de sangre que algún día se irán. Un niño pequeño de ojos y pelo morenos la mira con un paraguas con forma original de rana, lleva el pijama de ositos puesto, un peluche de un conejito asoma por el brazo contrario con el que sujeta el pequeño paraguas, y las botas de agua están mal colocadas. El infante la mira con una lágrimita queriendo asomar por sus ojos pero sin llegar a hacerlo; extiende un poco el paraguas hacía la joven con miedo a la lluvia húmeda.
Una sonrisa de la desconocida le desconcierta, con un bailecito bastante extraño y descordinado con ligeros trompicones se acerca al pequeño para alzarlo en sus brazos y sostener para ambos en paraguas. Con una mano, y muy hábilmente, le pone bien los zapatos al pobre niño que ya debía de doler más que suficiente.
- ¿Tú también estás solo, pequeño?
El niño, por toda respuesta, señala hacía la derecha de ambos para demostrar una dramática escena de un choque de autos. Dos coches que a toda prisa corrian para salvar la vida de un niño pensando que su idea era la correcta sin llegar a ver que los dos olvidaban que el niño tenía todo el derecho del mundo a decidir sobre su propia e inaccesible felicidad. La joven apoya la cabeza morena del nene en su hombre y le tapa la vista de la escena. Puede ver a los policías sacar dos cadáveres de los coches y taparlos con lonas negras para que la morgue se hiciese cargo de ellos mientras apartaban a curiosos y periodistas.
Sabe que esta mal, puede ser secuestro, pero sabe que nadie va a quererla más que ese huerfanito y sabe que nadie va a cuidar mejor de él que ella misma que conocía el principio y fin del dolor.

miércoles, 20 de abril de 2011

Cada Noche, una Pasión.

Eres tóxico y el roce con tu piel venenosa me daña.
La sangre me hirve en las venas, la noto correr sin destino.
Y está resurgiendo dentro mía,
la pasión sale por cada molécula de mi cuerpo.
Los pelos al viento y alborotados me tapan la vista,
pero yo no quiero dejar de admirarte.
Aunque los ojos se me empañen
con el calor que el contacto tenue ofrece
yo no voy a dejar de contemplar tu parcial desnudez.
La sansualidad se palpa,
tanto como otras tantas cosas que aquí se forman.
Arriba o abajo,
cualquier lugar perfecto para recibir la bendición,
donde sea, donde quieras
larguémonos de la cama y busquemos lugares más exóticos.
Lo innovador aparece,
el aumento del calor se hace insoportable
pero entre tus brazos,
con tu palpitante piel junto a la mía,
todo se vuelve frío y el dolor desaparece.
Ni en las más completas fantasias
esperaba encontrar tan ardiente amante
que en las noches me acompaña
y de mi lado goza con armonías.
Todo, todo y todo;
es lo que una llega a sentir.
Atrévete,
la pasión es de todos;
disfrutar,
de pocos.

martes, 19 de abril de 2011

Soledad, ¿me quieres a mí? Yo a ti no.

Sólo vas a ser ese punto y aparte al que nadie le va a importar nada. No te preocupes, la vida te dejará de lado infinitas veces ya que no te puedes fiar de nadie, tu propia sombra te abandona cuando estás en la oscuridad y tus pasos a ciegas no te van a salvar. Estás sola, lo siento nena, es la verdad.
Te han abandonado poco a poco y ahora te agarras al clavo ardiendo que es tu vida, con cualquier esperanza de un buen recuerdo agradable que te surja de golpe con un rayo de felicidad, pero no te das cuenta de que el mismo clavo te está echando a un lado para que caigas al vacío de la noche y desaparezcas eternamente.
¿Enserio quieres eso? Yo preferiría jugar al juego de vivir sin nadie y aprender a confiar en las personas que te abandonan como los días pasan para no necesitarlos más aunque sabes que eso va a ser puramente imposible ya que el ser humano es sociable por naturaleza, - por más que mi queridísimo Sartre considerara las relaciones personales con agentes externos a nosotros como el propio infierno al que nos vemos obligados a recurrir cuando estamos solos y necesitamos a alguien con el que desahogarnos - ;pero a todo ello te puedes acostumbrar a vivir como si te abandonansen en una isla desierta con nada más que un coco para hablar como si fueses Robison Crusoe, (esa obra tan conocida de Daniel Defoe).
¿Pero sabes que puedes hacer por mí y por ti hasta que ese día llegue?
Sonreir. Es fácil y barato, medidas anticrisis.

Acércate y dame tu calor.

Miro la cama sabiendo ya cada movimiento tan precisamente calculado para la noche; le veo extendido sin tapujos sobre el colchón y parcialmente cubierto por mis sábanas blancas con topos. Su color blanco resalta contra la pared y le da un aire de estar esperándome pero sin mucha ansia cuando, ambos lo sabemos, lo necesitamos más que nadie.
Llevo mis manos por dentro de mi vieja y desgastada camiseta de dormir para retirar la parte de arriba de mi rompa interior, no la voy a necesitar al tumbarme con él. Lo coloco en la silla con cuidado que no lo vea para que no sepa mis intenciones. Con suma ligereza cojo una de las puntas de la sábada de mi cama para uno donde nos tenemos que apretujar y, con el más sensual de los gestos, me meto debajo de "mi capa de protección" donde me espera sin moverse un milímetro. Cierro en torno nuestra la fina línea que separa la realidad del deseo y acuno su cuerpo en mis brazos.
- Al fin solos... - susurro con los brazos entorno a su cuerpo y los labios pegados a su silueta. - No veas que ganas tenía de volver a yacer contigo en cama... - Una risita se escapa de mis labios.
Extiendo el brazo fuera de la cama y apago la luz de la lámpara sobre mi mesita de noche, la oscuridad nos envuelve por completo pero la sábana nos defiende del frío externo y deja que nos juntemos aún más en esta noche tan especial. Hacía mucho tiempo que no le veía y quería disfrutar con él.
Entreabro la persina de mi ventana y dejo que la luz lunar nos ilumine, no molesta en absoluto. Abro los ojos y miro su suave piel la cual no puedo evitar acariciar con la yema de los dedos. Me acurruco a su lado pegando mi cara y mi torso en todo su contorno cosa que no le inmuta. Paso las piernas al rededor suya y le abrazo fuertemente con los brazos, ahora es totalmente mío y de nadie más, no escapará esta noche; será mío. Cierro los ojos para que su tacto me encandile, me atraiga a no separarme jamás; inspiro y espiro por mis labios entrecerrados y dejo que mi aliento roce con su tacto al completo y sonrío al ver como un par de "pelos" que se le han escapado de la parte de arriba de su cuerpo se mueven al compás de mi respiración. Al volverme a acurrucar para juntarnos en un solo ser, me hacen cosquillas en la nariz.
Conforme pasa el tiempo de noche, poco a poco, voy quedando encima suya para el resto de las horas que nos deparan juntos. Tenemos los torsos fundidos en uno, su parte baja y mis piernas y cadera enganchadas a las suyas, su parte superior y mi cara a apenas unos centímetros.
Rozo, otra vez, y de forma cariñosa y sensual al mismo tiempo la piel que le rodea la parte superior mientras que mi rodilla se acaricia con su inferior.
- Te quiero... - Casi un jadeo escapa de mis labios. - ... Te echaba de menos, cojín mío.
Sí, quiero a mi cojín de forma enferma. ¿Tú no?


Dedicada a My Fate's Pornosa y yaoista ewe
porque para nosotras siempre habrá algún cojín para
pensar que son quienes deben de ser.
 

domingo, 17 de abril de 2011

Ea.


Entonces, si no te gusta ni lo porno ni lo sangriento... ¿qué haces mirando mi blog?
  

Y, ¿yo por qué escribiré semejante estupidez?

Sé que quiero escribir porque noto las palabras y las sensaciones fluir por entre mis dedos pero, al mismo tiempo, soy incapaz de formar frases con las ideas que se arremolinan en mi mente y en cada poro de mi piel.
Lo insípido ha tomado el control y siento si estoy "sin sal" porque no puedo describir con habla lo que en verdad puedo llegar a hacer por una simple mirada así que no te cortes: 
mírame y descubre que en el fondo te aprecio; date cuenta de que quiero olvidar cada mal recuerdo de mi pasado entre tus brazos que es el lugar donde mejor me siento, que me protegen y me resguardan del frío invernal.

Ja, ja, ja,ja. Cursilerías las pocas. Aquí se acaba el show.

viernes, 1 de abril de 2011

El cambio del mundo celestial

Desde la ventana de su cuarto podía ver la gran extensión de la arena más blanca y pura que jamás había podido ver en vida. Su tacto era suave, según ella recordaba, y tan confortable que incluso su cama estaba hecha de la misma materia que todo lo que allí se formaba: la perlada arena. La luz no la cegaba nunca, aunque pareciese imposible, porque todo en tal mundo brillaba con una luz propia casi inhumana. Y nada de allí lo era. Cuando vivía en la tierra, por ese corto espacio de tiempo, aprendió que la gente no valoraba lo que en verdad importaba. Ella trató de cambiar sus opiniones, logró que unas pocas personas se diesen cuenta de una belleza descomunal que sólo está en los pequeños detalles. 
Videos, ellos fueron sus soldaditos en tal batalla sin lucha. Sus armas ante la incultura y lo deshonroso. Sus combatientes en pleno internet al frente del mundo.
O sonrisas. Delicadas y dulces que eran capaces de provocar olvidos en los malos momentos, todo cobraba la misma luz que ella misma sentía correr por su venas desde el momento en el que pisó tal preciosa tierra.
Una ligera brisa mueve su blanco vestido. La verdad es que jamás pensó que realmente todo fuese así de blanco y puro. Por un momento, pensó en la chorrada más grande que eso suponía pero, ¿quién era ella para juzgar al mismo paraíso?
El viento revuelve sus cabellos negros y los deja arremolinados a ambos lados de su morena cara con un encantador desorden. Sus ojos se fijan en el horizonte donde puede afirmar que es capaz de ver a dos nuevos invitados venir a su nuevo hogar. Sonrió al recordar gratos recuerdos que vivió junto a esas dos personillas. Así que, lo menos que puede hacer, es acercarse a saludarlos por los viejos tiempos. 
Extiende sus alas blancas de ángel y paloma. Una ráfaga de aire se desprende de ellas y revuelve su cuarto. Con un suave impulso salta por la ventana y vuela por las nuves esponjosas hasta llegar al lugar.
Dos muchachos claramente distintos y de dulces voces.
La muchacha sonrió.
- Te estábamos esperando... - susurró uno en alemán - ... Valeria.