Llevo mis manos por dentro de mi vieja y desgastada camiseta de dormir para retirar la parte de arriba de mi rompa interior, no la voy a necesitar al tumbarme con él. Lo coloco en la silla con cuidado que no lo vea para que no sepa mis intenciones. Con suma ligereza cojo una de las puntas de la sábada de mi cama para uno donde nos tenemos que apretujar y, con el más sensual de los gestos, me meto debajo de "mi capa de protección" donde me espera sin moverse un milímetro. Cierro en torno nuestra la fina línea que separa la realidad del deseo y acuno su cuerpo en mis brazos.
- Al fin solos... - susurro con los brazos entorno a su cuerpo y los labios pegados a su silueta. - No veas que ganas tenía de volver a yacer contigo en cama... - Una risita se escapa de mis labios.
Extiendo el brazo fuera de la cama y apago la luz de la lámpara sobre mi mesita de noche, la oscuridad nos envuelve por completo pero la sábana nos defiende del frío externo y deja que nos juntemos aún más en esta noche tan especial. Hacía mucho tiempo que no le veía y quería disfrutar con él.
Entreabro la persina de mi ventana y dejo que la luz lunar nos ilumine, no molesta en absoluto. Abro los ojos y miro su suave piel la cual no puedo evitar acariciar con la yema de los dedos. Me acurruco a su lado pegando mi cara y mi torso en todo su contorno cosa que no le inmuta. Paso las piernas al rededor suya y le abrazo fuertemente con los brazos, ahora es totalmente mío y de nadie más, no escapará esta noche; será mío. Cierro los ojos para que su tacto me encandile, me atraiga a no separarme jamás; inspiro y espiro por mis labios entrecerrados y dejo que mi aliento roce con su tacto al completo y sonrío al ver como un par de "pelos" que se le han escapado de la parte de arriba de su cuerpo se mueven al compás de mi respiración. Al volverme a acurrucar para juntarnos en un solo ser, me hacen cosquillas en la nariz.
Conforme pasa el tiempo de noche, poco a poco, voy quedando encima suya para el resto de las horas que nos deparan juntos. Tenemos los torsos fundidos en uno, su parte baja y mis piernas y cadera enganchadas a las suyas, su parte superior y mi cara a apenas unos centímetros.
Rozo, otra vez, y de forma cariñosa y sensual al mismo tiempo la piel que le rodea la parte superior mientras que mi rodilla se acaricia con su inferior.
- Te quiero... - Casi un jadeo escapa de mis labios. - ... Te echaba de menos, cojín mío.
Sí, quiero a mi cojín de forma enferma. ¿Tú no?
Dedicada a My Fate's Pornosa y yaoista ewe
porque para nosotras siempre habrá algún cojín para
pensar que son quienes deben de ser.♥
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