Cierra los ojos y deja que la oscuridad ocupe tu mente al completo. Abandona la visión de lo que crees real y, por un sólo momento, olvida cualquier cosa que es tu vida. Pon una cruz roja sobre mi retrato, quema mi nombre en las llamas que tu cerebro pueda crear en la más amplia sabiduría del dolor, desgarra mi cuerpo y déjalo tirado como la masa sanguinolenta que es. Jamás te preocupes por una pesadilla real, así que tómame como tal y échame de cualquier recuerdo de tu pasado para curar las heridas con un presente que proporcione algún futuro más adecuado que esta inmunde rata de alcantarilla pueda aportar.
Porque los caminos se distrorsionan y las personas hieren y marchitan a otras pero a todo se le presenta ese rayo de sol que luego tanto quema la piel. No dejes que una falsa ilusión que no merece ni medio suspiro rompa las cadenas de tu libertad y destroce las esperanzas de los nuevos días; en ocasiones la compañía no es la mejor, hasta tu propia sombra te abandona en la mismísima oscuridad y te abandona en el camino repleto de abismos sin apoyo, aunque siempre hay gente que te tienda esa mano que tanto necesitas así que aférrala y no la sueltes jamás, que no te preocupe dejar atrás lo que abandonas al huir de ese frío universo porque es mejor que la feliz te irradie a vivir en el más absoluto dolor. No hace falta que ese mal inunde y contamine la pureza de un ser.
El camino ha terminado, pero el viaje hoy por hoy continua y aunque las palabras decidan caer como cuchillos las heridas cerraran acompañada de olvido y nuevas emociones, porque aunque la vida constantemente nos demuetra que los sentimientos son heridas abiertas en los que la herida sigue doliendo por el tiempo que pase también nos quiere hacer saber que todo pasa y se arregla por el tiempo que haga falta y que por más que se sufra no hay mejor que llegar al final, recuperarte y ver como las cosas mejoran por si solas sentado desde la lejanía del campo de batalla. Y sin duda, para la mejor recuperacion del paciente, lo mejor que pyede pasar es que la cosa abandone rn una capacidad del cien por cien cualquier relacion tanto directa como indirecta que, por mucho que se quiera evitar, es lógico que el culpable desaparezca hasta nueva orden la faz de conocido terreno.
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