No huyan.

No teman de la oscuridad que aquí se pueda encontrar. No come a las personas, no las absorbe. Sólo formarán parte de un mundo loco.
Entre sin miedo.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Su juego.

Él fue su jugador y ella fue la ganadora. Jugaron a un juego los dos, el que ella propuso sonriendo a la pared, que fue su final. Lento, doloroso, siniestro; simplemente, sucio. Cada esquina es peligrosa en su rol. Un ciclo vicioso, continuo, amargo; les ha llevado a esto.
Pero es su momento de venganza; es su oportunidad de matar: él clama sangre, su sangre. Sabe cómo hacerlo, cómo lograrlo. Fue envenenándola poco a poco, la desangró gota a gota. Pero ella no es tonta, oh no, claro que no. Su juego de rol ha comenzado otra vez. Él quiere jugar a matarla; ella, desea la muerte inminente. Eso sí: no se lo pondrá fácil. Para llegar a ella, para cubrirse con su sangre y hacerse con la victoria deberá jugar a su propio juego, un juego un tanto... sádico.

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