No huyan.

No teman de la oscuridad que aquí se pueda encontrar. No come a las personas, no las absorbe. Sólo formarán parte de un mundo loco.
Entre sin miedo.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Devil's Place.

Una estrella que cruza el firmamento sin origen ni destino alguno; que sólo surca con brillo plateado el cielo oscuro que sobre nosotros se ría por la lejanía de nuestras almas que jamás llegarán a rozar la simple libertad de observar a todo el mundo por encima de las cabezas, de saber qué ocurre en casa momento y de volar sin fin alrededor de este mundo lleno de maldad y escasa bondad.
¡En menudo mundo nos hemos dedicado a nacer!
Si algún demonio surgiese de entre las grietas de este enfermo mundo, se asomase simplemente, volvería a su mundo proclamando que "el mundo de arriba" es más despiadado, que deben de subir a convivir con estos seres de carne humana, que no son más que trozos sedientos de beber más y más de las entrañas de su tierra para, con el fin, matarla y absorber su poca fuerza.
Humanos, que la Reina del Infierno os lo ruega: hacer algo bueno, ¿no? Que como sigáis así voy a tener que pedirle ayuda a ese que llamáis "Santísimo", que pasa de vosotros, que le dais igual, para que me de la mitad de sus tierras que a este paso desbordáis mi mundo. ¿Hacemos el cambio? ¿Me subo yo arriba y os dejo a vosotros la parrilla eterna?

martes, 2 de agosto de 2011

Hope.

¿Qué es la esperanza?

Hope. Esperanza. Varias letras para definir un sentimiento que te empuja a seguir hacia adelante, un mecanismo dentro de tu corazón que te incita a no abandonar lo que quieres atrás.
La fuerza que te envuelve cuando el miedo te envuelve.La energía que se le da a tus piernas cuando tienen miedo de saltar. Es esa sensación que te inunda cuando todo a tu alrededor se trona negro y confuso y no sabes muy bien qué debes hacer pero ella te incita a hacer "ese algo" por pequeó que sea para que tus alas blancas, o verdes como se suele conocer a aqueste sentimiento tan dulce, no prendan en la prisión que se convierte tú alma y puedas lograr alcanzar incluso el reto más alto y difícil que jamás pensaste ganar.
La esperanza es lo que hizo que Hachiko esperase a su dueño cada día a las cuatro de la tarde delante de la estación de tren aunque sabía que jamás volvería porque su dueño ya no formaba parte de su mundo. Esperó y falleció frente al lugar dónde recuentros tan felices vivió con su dueño desde el momento en el que le encontró.
Cualquier persona pensaría que todo esto es una tontería pero cualquier intento de suicidio fracasado por cualquier persona les diría lo contrario: no son falsas ideas desquiciadas que nos anulan el ser sino la vocecilla interior que te insta a lograr lo que realemente tú quieres y anelas. 
Sin ella, ¿usted estaría aquí?
Yo puedo afirmar que no.

lunes, 18 de julio de 2011

Jamás imaginé la dulzura de una patata.

Attention: los personajes Alejandro y Bruno no son de mi propiedad ni de mi imaginación.
Son protagonistas de la historia "Sobre rock and roll y sándwiches mutantes" que es escrita en el blog http://elmundoesunteatrodecomedias.blogspot.com/ con su autora la fantástica Irene Alegría (:

Aviso: esta historia contiene YAOI, osea así relación entre chicos. Habrá sexo homosexual y yo soy MUY explícita así que si no te gusta, cierra la página y pásala a quién si le agrade. Gracias (;

- ¡Dios Mío! ¿Qué he hecho? ¿Cómo narices he acabado aquí? No puede ser cierto... Debe ser un error... No, no, no.
- ¿Por qué le das tantas vueltas? Si te ha gustado... ¿Acaso te dañé? ¿Hice algo mal? - su voz sonaba preocupada dejando atrás los matices del agotamiento que hasta hacía poco era lo que sonaba en el cuarto. 
- Eres un estúpido. ¿Qué has hecho para traerme aquí? ¡ERES UNA PATATA ASQUEROSA! - grité con todas mis fuerzas alzándome con los codos para quedar por encima de él. Los mechones marrones de mi pelo se desordenaron, aún más de lo que ya estaban, y me entorpecieron la vista y me alegré, porque me impedía ver su dulce rostro mirándome con ese deje de preocupación y obsesión.
- ¿Por qué me dices patata? - él también se levantó sobre su codo izquierdo quedando así de costado y mirándome.
- Porque tienes cara de tubérculo.
- Antes... - se acercó un poco más a mí, posó la palma de su mano sobre mi mejilla y me giró la cara. Su rostro se hallaba a pocos centímetros del mío pero sus labios no me rozaron sino que fueron a parar a mi lunar debajo del ojo. - ... Antes no decías lo mismo. - Y lamió esa marca oscura sobre mi piel con sensualidad.
Un escalofrío recorrió mi espalda y note como una inesperada erección comenzaba a surgir en mi entrepierna, la cual se encontraba tapada bajo la sábana de la cama de Alejandro. Desee que Lukas y Tianshi no aparecieran, que tardasen mucho más en llegar o dónde quiera que estuviesen. Como si mi pensamiento fuese un libro abierto, el muchacho que estimulaba mi zona erógena más extraña me susurró:
- Mis compañeros no volverán hasta dentro de un bueeeeeeeeeeeeeeeeen rato largo. Lukas está huyendo de Cameron y Tianshi andará estudiando. Tenemos el cuarto para nosotros solitos para hacer lo que queramos... Otra vez. 
Ahí iba, mi sangre se agolpeó fuertemente contra mis mejillas. "¿Cómo puede quedarme sangre para sonrojarme si estoy que exploto... más abajo? Ojala no se de cuenta..." Pero no se debe de dudar de los españoles así que, cuando me lanzó contra  la cama y se me echó encima acorralándome contra el blando colchón me dí cuenta de que ya era demasiado tarde para huir de Potatoman. Mi mente trabajaba al cien por cien buscando una escusa para no yacer más ahí desnudo. Qué difícil es pensar cuando tu sangre se concentra en cierto punto.
- He de cuidar a Dante. - Solté. El español sólo me miró por una décima de segundo antes de buscar mis labios; ágilmente me aparté. - Si lo dejo solo no sabrá ponerse el parche del ojo y jamás se le curará. Debo cuidar a mi gemelo.
Me fui a levantar pero mis muñecas fueron apresadas por las enormes manos de Alejandro que me volvió a recostar en la cama. No me dejaba escapar y eso no era una buena idea.
- ¡Déjame ir ahora mismo o te juro que te mato! ¡Quiero irme! ¡Si no me dejas ir, llamaré a Ivanka y te golpeará con su tubería! ¡Déjame! - Pero por más que insistía él sólo aferraba más mis muñecas y pegaba mi cuerpo contra el suyo.
Hábilmente, tiró la manta al suelo dejando ver perfectamente mi excitación a la vista. Tragué saliva al entender que mi erección había echado mi escusa por los suelos no, aún más abajo que eso. Pese a que mi cabello caía sobre mis ojos y el suyo me tapaba su cara podía ver en mi mente su cara de obsesivo con esa sonrisa de pervertido; ya sabía por dónde terminarían los tiros.
Su mano derecha abandona mi muñeca izquierda para dirigirse a otra zona más palpitante; el roce de su palma contra esa piel tan cálida y excitada sólo provoca que se endurezca más. Me sonrojo al simple tacto y me alegra que él no me vea porque poco a poco se acomoda para facilitar su trabajo. Comienza a subir y bajar la mano levemente, teniendo mucho cuidado con la piel; poco a poco aumenta el ritmo de las sacudidas y noto como mi corazón se asemeja con ellas: late con fuerza, manda sangre a todos lados de mi cuerpo pero en el fondo sé dónde se concentra. Mi mano izquierda, al darse cuenta de la situación en la que nos volvíamos a encontrar, se lanzá urgente a detener la suya pero, al entrever mis movimientos, su enorme mano izquierda apresa mi otra muñeca contra el colchón, no puedo hacer nada más que hundir la cabeza en la almohada y morder mi labio inferior entre placer y vergüenza. Cierro los ojos con fuerza, no puedo soportar la mirada gustosa de Alejandro al ver cómo me agrada lo que me hace; los ruidos lo evidencian: se agacha un poco sobre mi cuerpo, noto su aliento en mi miembro sin dejar de sacudirlo y un escalofrío decide recorrer en mal momento mi columna vertebral. Noto la humedad de su saliva rozar mi glande, los suaves roces de su lengua en esa parte tan sensible de mi cuerpo; de golpe, introduce mi miembro en su boca acaparándolo, apresándolo con sus labios y jugueteando con esa musculatura sin hueso... Bueno, con ambas.
- Ah... Ahh... Alejandro... - Por un momento la canción de "Alejandro" de Lady Gaga me pasa por la cabeza. <>. 
Noto su risa contra mi miembro. Mierda, él también ha caído.
Su lengua se mueve sensualmente por mi pene, de arriba abajo y buscando cada lugar en el que no lo haya hecho. Velózmente, saca mi miembro de entre sus labios para tragárselo de nuevo. Es un rítmo frenético, una montaña de sensaciones entre placenteras y de dolor porque, ¿quién me dice que no es sólo esta noche y luego me dejará? Esa idea ocupa mi mente por completo y noto como la sangre que se agolpaba en mi miembro se va poco a poco. Faltaba un gatillazo para animar la situación.
- No, no. - La voz de Alejandro, no enfadada ni disgustada, con ese tono tan suyo, me hace abrir los ojos. - Si quieres, no te la chupo pero yo te voy a dar placer.
Me pongo rojo ante tal afirmación, un dedo intruso en mi ano se adentra otra vez en ese lugar tan sumamente placentero aunque sea extraño. La sangre vuelve a su lugar pero esta vez no hay lengua que reciba la erección porque la saliva será ocupada en otro sitio: con movimientos circulares, rápidos y húmedos comienza a lubricar ese agüjero tan estrecho. Un dedo entra y sale para que la saliva entre perfecta.
- Túmbate boca abajo, - me dice con tono dulce pero con una nota de urgencia sexual -, y levanta el culo.
Giro mi cuerpo quedando totalmente expuesto a su deleite personal. Suelta al fin mis muñecas para que me coloque bien y porque necesita lubricar su miembro con una pequeña masturbación ensalivada. Se la haría yo pero... Sería demostrarle que esto me gusta, que quiero volver a sentirlo dentro, que quiero saber que se va en mí porque eso me hace creer que está más cerca de mí que nunca, más unido de lo que jamás ninguno de mis anteriores novios lo estuvo. Aunque, ahora que me paro a pensarlo, tal vez le doy a entender que me gusta ahora mismo que estoy levantando el culo para dejárselo fácil.
Dos dedos dentro, más saliva.
Tres dedos dentro, muerdo la almohada entre dolor y placer.
Los mueve, juega con ellos y veo estrellas a mi al rededor.
- Mé... Métela ya... - susurro contra la suave tela del almohadón que se haya bajo mi cara.Hala, admití que eso me gustaba... A mí manera.
No espera más: cambia los dedos por su miembro realmente duro y excitado, levanto un poco más el culo para facilitarle la entrada y, con un golpe seco, entra.
Arqueo la espalda por el placer y el dolor, un gemido sale de mis labios y eso le excita demasié a Alejandro produciendo que entre y salga con más movimiento, con más fuerza y con mucha más pasión. Agarra mi cadera con sus manos, hinca sus dedos en mi piel y apoya su pecho contra mi espalda sin dejar de entrar y salir. Adoro el roce de su piel desnuda y sudada contra la mia. Con fuerza dejo mis dedos en tratar de sujetarme a la cama para que su vaivén no me saque de la cama. Echo la cabeza atrás, no espero encontrarme con la de Alejandro pero por un poco le veo; miro de reojo sus ojos y parece que intercepta mi mirada y, por un sólo instante, nuestra vista nublada por el deseo se cruza. Una fuerte embestida, su mano en mi entrepierna de golpe subiendo y bajando la piel, sus dientes contra mi cuello y el sudor empapándolo todo. Típica película porno gay casera; aunque la litera no es muy erótica que digamos.
- Ah... Ah... Br... Bru... Bruno... Dios... No sé si p-puedo... Más... - gime Alejandro contra mi piel sin cesar su ritmo.
- Mam-mma mía... - Se me escapa en mi lengua materna pero qué más da -. Alejan... Alejandro...
Las sacudidas aumentan al oir su nombre, la velocidad de su mano también coge ritmo. No sé si puedo más, dudo mucho que aguante ese ritmo.
Y lo demuestro, me voy entre sus dedos, jadeo a su lado pero sus sacudidas no paran hasta que, al notar que la persona que tenia debajo se ha ido, descarga todo lo que tenía guardado dentro de mí. Escondo mi sonrisa de agrado y satisfacción al notarlo. Me gusta, me encanta. Le quiero.
- ¡¿Cómo has hecho para volver a convencerme de esto?! - Rujo cuando ambos caemos a la cama, agotados.
Él sólo me sonrie antes de abrazarme y colocar mi cabeza en su pecho. Su respiración se profundiza, no responde a mi pregunta; se ha quedado totalmente dormido.
- Si es que en el fondo, le quiero. - Esta vez, lo digo en alto por qué sé que no lo oirá. Jamás se lo admitiré.
Pero es la verdad.

viernes, 8 de julio de 2011

who.

Sus sollozos eran silenciosos y su sufrimiento también lo era, porque frente al resto del mundo no dudaba en mostrar aquella amplia sonrisa que dolía emocionalmente porque era carente de emociones, aunque eso solamente él lo supiera.
Se mostraba como alguien libre de preocupaciones al que no le afectaba nada, porque era preferible eso a caminar por el mundo cabizbajo y mostrándole a los demás las cualidades que te hacen humano y fácil de lastimar.

domingo, 19 de junio de 2011

Fácil de Corromper

Creía que habíamos aprendido la lección de esta serie de desafortunadas historias que la gente conoce como nuestra vida. Pensé que no volverías a fallar y ahí te tienes otra vez tendida en el frío suelo del desconsuelo escuchano de fondo la voz tranquilizadora y engreída de la felicidad. ¿Para que te vas a molestar en pensar que puedes alcanzarla si no siquiera puedes escuchar su débil voz?
Ve a la nevera y desenrosca la tapa de la botella de ese líquido espirituoso que tanto detestas pero atontada te deja, métete en la bañera con el agua caliente hasta arriba y húndete dentro; disfruta viendo como la sangre alcoholizada sale de los cortes que te has de producir en las muñecas, sabes que así te sientes mejor y, esa sensación, deja en la peor de las escalas a esa "felicidad" que es tan falsa y egocéntrica que sólo se hace feliz a sí misma. 
No te preocupes, no estarás sola; yo estaré contigo siempre porque algo superior nos unió y, aunque desee tu fallecimiento y mi huida de tu cuerpo, inevitablemente te necesito para subsistir. Recuérdalo: no puedes escapar de tu cerebro. 

martes, 7 de junio de 2011

Corto y conciso.

Cierra los ojos y respira, deja que la poca vida que te queda entre en ti. No pienses en el dolor que supondrá levantarse de ahí, ni se te ocurra recordar la pesadez de cada año; sólo hazlo. Vamos, demuéstrale al mundo que te da igual, enséñale que no va a romper tus esperanzas de un nuevo y mejorado mañana. ¿Acaso vas a dejarte vencer por un Don Nadie que cara no da cuando daña?

domingo, 5 de junio de 2011

Triste pero cierto es el fruto de la vida.

Cuando tenia solamente diez años sufrí un accidente, una mala postura a la hora de impulsarme en la piscina y me cuello dobló conforme el suelo se lo dictó. Me dolió, fue una angustia ardua que ni el hielo me calmaba, ni el frío absoluto le molestaba; fui al médico conforne no pasa, los pasillas y sus pulcras paredes y suelos... Todo ese olor a muerte me enturbió y asustó. Atemorizada conté el suceso y todavía recuerdo sus pablabas: Deberías haber muerto en tal impacto, me sorprende que sigas respirando. Fue... ¿Curioso? Escuchar a un médico decirme eso y sólo ponerme un collarín y reposo.
De ese accidente hacen casi siete años y hoy me ha dado por recordar qué hubiese pasado si ese golpe hubiese roto mi cuello y hundido mi esófago cortándome la respiración. Me he dado cuenta de la felicidad de las personas que, seguro, darían su alma para viajar atrás y ahogarme en ese momento de debilidad. Yo, les hubiese dejado. Habría sido yo quien les hubiese dicho las palabras de ánimo para acabar conmigo. La “epidemia Laura” hubiese acabado ese día y nadie más tendría que haberme sufrido. Mis amigos hubiesen encontrado a compañeros mejores y más útiles, mi ex parejas no hubiesen tenido que soportar a este bodrío tan asqueroso y patoso, mi actual pareja dudo mucho que tardase en encontrar otra y jamás hubiese hecho daño a personas que no se lo merecían; por un momento de sufrimiento podría haber librado a personas de la maldición que soy pero soy incapaz de remediarlo actualmente, el suicidio está muy visto y, aunque mi amado Sartre lo defienda, yo no creo que eso lo mejores. Nadie lloraría, posiblemente dos o tres personas, pero solo por un par de días hasta que mi recuerdo desaparezca; otros levantarían los brazos al cielo y aclamarían a Dios por producir semejante milagro para la vida.
Pero existe ese miedo que nos paraliza las manos cuando la cuchilla está preparada y oyes a tu alter ego gruñirte suplicando liberación y venganza pero tú sólo clavas la cuchilla en tu cuerpo y esperas a que la sangre calme al monstruo que eres; suplicas con lágrimas en los ojos que todo acabe y se haga la oscuridad eterna porque ya no mereces ir a ningún paraíso en donde todas esas buenas personas descansarán algún día. Llora en silencio mancillada porque a los demás puede molestarle el ruido del agua salada que tus ojos desean expulsar y recuerda para que fuiste creada: para soportar el dolor y el odio ajeno, para ver cómo las personas a tu al rededor crean nidos felices para unos prósperos años y no debes de sentir envidia con ello porque recuerda muchacha que no viniste para ser feliz si no para descubrir la vida de las miserias y abandonos, para que la gente te pisotee y no puedas hacer nada por defender tu derecho y orgullo porque no eres más que una pelusa que se balancea conforme la mueve el viento a su son, siempre hacia el huracán que es tu vida.
Admítelo, tampoco se debe estar muerta, la gente muere por comprobarlo.

Cuentas pendientes que se cumplen antes de desfallecer.

Cierra los ojos y deja que la oscuridad ocupe tu mente al completo. Abandona la visión de lo que crees real y, por un sólo momento, olvida cualquier cosa que es tu vida. Pon una cruz roja sobre mi retrato, quema mi nombre en las llamas que tu cerebro pueda crear en la más amplia sabiduría del dolor, desgarra mi cuerpo y déjalo tirado como la masa sanguinolenta que es. Jamás te preocupes por una pesadilla real, así que tómame como tal y échame de cualquier recuerdo de tu pasado para curar las heridas con un presente que proporcione algún futuro más adecuado que esta inmunde rata de alcantarilla pueda aportar.
Porque los caminos se distrorsionan y las personas hieren y marchitan a otras pero a todo se le presenta ese rayo de sol que luego tanto quema la piel. No dejes que una falsa ilusión que no merece ni medio suspiro rompa las cadenas de tu libertad y destroce las esperanzas de los nuevos días; en ocasiones la compañía no es la mejor, hasta tu propia sombra te abandona en la mismísima oscuridad y te abandona en el camino repleto de abismos sin apoyo, aunque siempre hay gente que te tienda esa mano que tanto necesitas así que aférrala y no la sueltes jamás, que no te preocupe dejar atrás lo que abandonas al huir de ese frío universo porque es mejor que la feliz te irradie a vivir en el más absoluto dolor. No hace falta que ese mal inunde y contamine la pureza de un ser.
El camino ha terminado, pero el viaje hoy por hoy continua y aunque las palabras decidan caer como cuchillos las heridas cerraran acompañada de olvido y nuevas emociones, porque aunque la vida constantemente nos demuetra que los sentimientos son heridas abiertas en los que la herida sigue doliendo por el tiempo que pase también nos quiere hacer saber que todo pasa y se arregla por el tiempo que haga falta y que por más que se sufra no hay mejor que llegar al final, recuperarte y ver como las cosas mejoran por si solas sentado desde la lejanía del campo de batalla. Y sin duda, para la mejor recuperacion del paciente, lo mejor que pyede pasar es que la cosa abandone rn una capacidad del cien por cien cualquier relacion tanto directa como indirecta que, por mucho que se quiera evitar, es lógico que el culpable desaparezca hasta nueva orden la faz de conocido terreno.

jueves, 2 de junio de 2011

Aprende.

Me hubiese gustado nacer con un contador de pasos al lado del corazón; así, podría haber contado todos y cada uno de los pasos que mi vida ha dado, podría sacarlo ahora y mirar la pantalla para saber la cantidad de caminos por los que he andado, por la cantidad de cruces que pasé y dudé.
Podría mirar dónde me equivoqué al andar, ahora mismo podría volver atrás y deshacer lo malo para que en un futuro no muy lejano, más próximo quizás que el propio presente todo se vea de manera armoniosa y no tenga que pelear ni discutir con nadie. Mi propia utopia al alcance sólo de mi mano, unido por un hilo vital a mi corazón que, aunque le disguste la compañía del aparatito de acero, entenderá mis razones y no tendrá miedo al error. Porque de los errores el ser humano aprende, el sabor del miedo a fallar nos nubla porque es agrio y nos deja huella en la lengua que tanto pánico nos da; pero necesitamos hacerlo para evolucionar.
Recuerda, comete errores, falla aunque no sea a cosa hecha, haz todo lo posible porque las cosas puedan ir a mejor siempre porque entonces te darás cuenta de que tu futuro no se basa en las cosas buenas que día a día cometas si no en la medida de fallos que cometas para aprender de ellos, la cantidad de lecciones que de esa forma aprendiste.

lunes, 30 de mayo de 2011

Inspiration

Se supone que en momentos como este debería estar escribiendo un relato que me fue pedido pero me veo sin fuerzas de pensar en cosas sádicas, me veo al borde del agotamiento y es como si mi inspiración hubiese elegido el momento más idóneo para irse y dejarme aquí con un teclado con letras que por separado no me dicen nada pero que en su conjunto soy yo.
Algún día le dará por volver y yo la espero aquí para volver a contar historias inquietantes que jamás ocurrieron.

sábado, 7 de mayo de 2011

06-05-2011

Vuelve a mirar con nerviosismo el recordatorio apuntado en su muñeca. El bolígrafo negro ha comenzado a irse de su morena piel y ahora apenas es visible, pero el simple hecho de verlo le recuerda las palabras preparadas, el lugar y la hora; vuelve una y otra vez a su cabeza sin cesar para que no se le olvide algo tan sumamente importante como puede ser eso para ella misma y para lo que la decisión de su futuro y destino puede ser.
Corre con ansias por en medio de la muchedumbre que sin rumbo vagabundeaba por las estrechas calles de su cuidad mientras los apartaba a lugeros y rudos empujones para hacer notar y poder pasar con una mayor eficacia hasta el final de la acera. Su respiración agitada escapa por sus rosados labios curvados en una sonrisa.
Llega al final y nota el viento correr entre ella sin nadie más a su al rededor. Mira su mano por última vez. Es el sitio, es la hora y faltan las palabras:

"Amigos del mundo, vosotros valéis muchísimo más que cualquier regalo u abrazo"

GRACIAS A TODOS

 

sábado, 23 de abril de 2011

Universo, tan maravilloso regalo.



- Cuando me conociste, dijiste que veías el universo en mis ojos.
- Y lo sigo viendo.
- ¿Y el día que el universo se apague?
- Ese día cerraré mis ojos.

Símplemente una frase perfecta para el momento perfecto en el que los protagonistas de Los ojos de Julia se encuentran.
El universo puede hallarse en cualquier lugar, en cualquier momento o con una simple mirada. Pero nuestras mentes cerradas nos impiden verlo. El universo es ese lugar tan magnífico que nos entretiene cuando lo vemos; si lo perdemos, ya no nos queda nada. Es algo que necesitamos.

¿Dónde ves tú el universo?
Piénsalo, no es fácil saber la respuesta.

El Fin puede ser también el Comienzo.

Las olas arremeten contra las rocas del desierto paseo marítimo tan innovador que había sido construido apenas meses atrás. Jamás sus pies descalzos habían pisado ese sitio, ni acercarse a la playa, ni al mar ni a ningún sitio que diese libertad a su ser. Le dolían las plantas de la larga caminata que sus pasos vacios de sentido habían decidido conducirla hacía allí, el agua salada tan purificadora curaría sus heridas cuando, al pasar por encima de las desnudas olas, los pequeños charcos de agua marina que, en ocasiones, el crepitar de las olas dejaba con su fina espuma blanca llena de sal que al rato desaparecía dejando un pequeño lago como si una persona allí hubiese yacido llorando por lo cual sus lágrimas pasaban ligeramente desapercibidas entre la lluvia que se arremolinaba en torno a ella. Se sentía como en el ojo de un huracán que quiere hacer que se desprenda de cada miseria que su cuerpo ha albergado todo este tiempo hasta que decidió huir. Sigue dando los pasos a ciegas pese a que en ocasiones su piel resbala en la roca húmeda produciendo que su equilibro le de falsas esperanzas y las ilusiones de caer al agua y terminar aparezca tan rápido como se van al pensar en la tontería tan grande que es eso para una persona como es ella. 
Extiende los brazos y pone rectas las palmas de las manos para tratar de sobrevolar como las gaviotas ante las tormentas y poder mantener su postura recta; como un acróbata de circo, coloca un pie delante de otro y anda así esquivando rocas y espuma salada hasta el final del trayecto. De sus labios sale una cancioncilla infantil que, con los mismos pasos que ella misma daba, se jugaba en el patio del recreo:
- Chapi, Chapo, Chapi, Chapo... - Susurra la cantinela de su infancia queríendo regresar a ella.
Echa la cabeza hacía atrás en el momento en el que la lluvia hace el completo acto de presencia en la escena para borrar cualquier resto de la otra agua salada que hay en el lugar. La gente de la calle sacan sus paraguas y se defienden de las agradables aguas dulces caídas del cielo para que no estropeen su estúpida fachada que tanto quiere mostrar pero que en realidad no es absolutamente nada más que una mascara que se colocan por la mañana para que el restro del día les acompañe y no les defraude a la hora de engañar a los demás inquilinos de este estropeado mundo; por un instante, sólo unas décimas de segundo o tal vez un poco más sin exagerar, sus miradas oscilan de los pasos de la calle a la muchacha, que bailoteaba con la cabeza apuntando arriba y una tierna y desquiciada sonrisa en los labios, y sin importarles apenas su procedencia pensaban que de una loca se trataba que fugada del psiquiátrico andaba corriendo de un lado a otro y que, si Dios lo quería, terminaría ahogándose en las aguas profundas que se llevarían su alma y sus restos a donde nadie pudiese recuperarlos. Y ahí terminaba el pensamiento, a nadie se le ocurria pensar que la familia de la joven andaría buscándola o que podía ser que alguien la hubiese drogado, se hubiese escapado y ahora la buscaban para darla caza y matarla. Pero claro, si no es familiar ni conocido, ¿para qué preocuparnos?.
Hipócritas.
Y la joven no quiere reconocer que vive en un mundo pobledo de ellos pero sabe en el fondo que es verdad y que no puede negarlo en absoluto que,tanto su alma como las de los otros, están condenadas a caer en las manos desgarradoras del olvido y el dlor por mucho que traten de repelerlo los encontrará y, cuanto más tarde en hacerlo, más duro para sus ancianas penas será. Pero eso ahora le da igual, no la importa nada que le pueda hacer más daño que el cardenal que comienza a aflorar en la mejilla de su cara que antaño fue de porcelana irrompible y ahora estaba tan desgarrada. Había huido de la persona que la mataba por dentro y ahora se sentía libre, había luchado con fuerza contra su mal personal y ahora sabía que ya no le iba a hacer nada más que dejarle esa pequeña y marcada huella, que todo iba a quedarse como una pesadilla que nadie desea al irse a dormir. Una risa, ligeramente estridente, escapa por entre sus dientes y sus labios se curvan en una sonrisa que acompañe la felicidad y locura que en esos momentos inunda cada parte de su ser dándole esa esperanza que los demás que vivimos en este mundo tan absurdo no somos capaces de sentir.
La muchacha nota la mirada de alguien atrás, se gira sobre sus talones con el vestido de la última cena empapado en lágrima, mar y lluvia con unas ligeras manchas de sangre que algún día se irán. Un niño pequeño de ojos y pelo morenos la mira con un paraguas con forma original de rana, lleva el pijama de ositos puesto, un peluche de un conejito asoma por el brazo contrario con el que sujeta el pequeño paraguas, y las botas de agua están mal colocadas. El infante la mira con una lágrimita queriendo asomar por sus ojos pero sin llegar a hacerlo; extiende un poco el paraguas hacía la joven con miedo a la lluvia húmeda.
Una sonrisa de la desconocida le desconcierta, con un bailecito bastante extraño y descordinado con ligeros trompicones se acerca al pequeño para alzarlo en sus brazos y sostener para ambos en paraguas. Con una mano, y muy hábilmente, le pone bien los zapatos al pobre niño que ya debía de doler más que suficiente.
- ¿Tú también estás solo, pequeño?
El niño, por toda respuesta, señala hacía la derecha de ambos para demostrar una dramática escena de un choque de autos. Dos coches que a toda prisa corrian para salvar la vida de un niño pensando que su idea era la correcta sin llegar a ver que los dos olvidaban que el niño tenía todo el derecho del mundo a decidir sobre su propia e inaccesible felicidad. La joven apoya la cabeza morena del nene en su hombre y le tapa la vista de la escena. Puede ver a los policías sacar dos cadáveres de los coches y taparlos con lonas negras para que la morgue se hiciese cargo de ellos mientras apartaban a curiosos y periodistas.
Sabe que esta mal, puede ser secuestro, pero sabe que nadie va a quererla más que ese huerfanito y sabe que nadie va a cuidar mejor de él que ella misma que conocía el principio y fin del dolor.

miércoles, 20 de abril de 2011

Cada Noche, una Pasión.

Eres tóxico y el roce con tu piel venenosa me daña.
La sangre me hirve en las venas, la noto correr sin destino.
Y está resurgiendo dentro mía,
la pasión sale por cada molécula de mi cuerpo.
Los pelos al viento y alborotados me tapan la vista,
pero yo no quiero dejar de admirarte.
Aunque los ojos se me empañen
con el calor que el contacto tenue ofrece
yo no voy a dejar de contemplar tu parcial desnudez.
La sansualidad se palpa,
tanto como otras tantas cosas que aquí se forman.
Arriba o abajo,
cualquier lugar perfecto para recibir la bendición,
donde sea, donde quieras
larguémonos de la cama y busquemos lugares más exóticos.
Lo innovador aparece,
el aumento del calor se hace insoportable
pero entre tus brazos,
con tu palpitante piel junto a la mía,
todo se vuelve frío y el dolor desaparece.
Ni en las más completas fantasias
esperaba encontrar tan ardiente amante
que en las noches me acompaña
y de mi lado goza con armonías.
Todo, todo y todo;
es lo que una llega a sentir.
Atrévete,
la pasión es de todos;
disfrutar,
de pocos.

martes, 19 de abril de 2011

Soledad, ¿me quieres a mí? Yo a ti no.

Sólo vas a ser ese punto y aparte al que nadie le va a importar nada. No te preocupes, la vida te dejará de lado infinitas veces ya que no te puedes fiar de nadie, tu propia sombra te abandona cuando estás en la oscuridad y tus pasos a ciegas no te van a salvar. Estás sola, lo siento nena, es la verdad.
Te han abandonado poco a poco y ahora te agarras al clavo ardiendo que es tu vida, con cualquier esperanza de un buen recuerdo agradable que te surja de golpe con un rayo de felicidad, pero no te das cuenta de que el mismo clavo te está echando a un lado para que caigas al vacío de la noche y desaparezcas eternamente.
¿Enserio quieres eso? Yo preferiría jugar al juego de vivir sin nadie y aprender a confiar en las personas que te abandonan como los días pasan para no necesitarlos más aunque sabes que eso va a ser puramente imposible ya que el ser humano es sociable por naturaleza, - por más que mi queridísimo Sartre considerara las relaciones personales con agentes externos a nosotros como el propio infierno al que nos vemos obligados a recurrir cuando estamos solos y necesitamos a alguien con el que desahogarnos - ;pero a todo ello te puedes acostumbrar a vivir como si te abandonansen en una isla desierta con nada más que un coco para hablar como si fueses Robison Crusoe, (esa obra tan conocida de Daniel Defoe).
¿Pero sabes que puedes hacer por mí y por ti hasta que ese día llegue?
Sonreir. Es fácil y barato, medidas anticrisis.

Acércate y dame tu calor.

Miro la cama sabiendo ya cada movimiento tan precisamente calculado para la noche; le veo extendido sin tapujos sobre el colchón y parcialmente cubierto por mis sábanas blancas con topos. Su color blanco resalta contra la pared y le da un aire de estar esperándome pero sin mucha ansia cuando, ambos lo sabemos, lo necesitamos más que nadie.
Llevo mis manos por dentro de mi vieja y desgastada camiseta de dormir para retirar la parte de arriba de mi rompa interior, no la voy a necesitar al tumbarme con él. Lo coloco en la silla con cuidado que no lo vea para que no sepa mis intenciones. Con suma ligereza cojo una de las puntas de la sábada de mi cama para uno donde nos tenemos que apretujar y, con el más sensual de los gestos, me meto debajo de "mi capa de protección" donde me espera sin moverse un milímetro. Cierro en torno nuestra la fina línea que separa la realidad del deseo y acuno su cuerpo en mis brazos.
- Al fin solos... - susurro con los brazos entorno a su cuerpo y los labios pegados a su silueta. - No veas que ganas tenía de volver a yacer contigo en cama... - Una risita se escapa de mis labios.
Extiendo el brazo fuera de la cama y apago la luz de la lámpara sobre mi mesita de noche, la oscuridad nos envuelve por completo pero la sábana nos defiende del frío externo y deja que nos juntemos aún más en esta noche tan especial. Hacía mucho tiempo que no le veía y quería disfrutar con él.
Entreabro la persina de mi ventana y dejo que la luz lunar nos ilumine, no molesta en absoluto. Abro los ojos y miro su suave piel la cual no puedo evitar acariciar con la yema de los dedos. Me acurruco a su lado pegando mi cara y mi torso en todo su contorno cosa que no le inmuta. Paso las piernas al rededor suya y le abrazo fuertemente con los brazos, ahora es totalmente mío y de nadie más, no escapará esta noche; será mío. Cierro los ojos para que su tacto me encandile, me atraiga a no separarme jamás; inspiro y espiro por mis labios entrecerrados y dejo que mi aliento roce con su tacto al completo y sonrío al ver como un par de "pelos" que se le han escapado de la parte de arriba de su cuerpo se mueven al compás de mi respiración. Al volverme a acurrucar para juntarnos en un solo ser, me hacen cosquillas en la nariz.
Conforme pasa el tiempo de noche, poco a poco, voy quedando encima suya para el resto de las horas que nos deparan juntos. Tenemos los torsos fundidos en uno, su parte baja y mis piernas y cadera enganchadas a las suyas, su parte superior y mi cara a apenas unos centímetros.
Rozo, otra vez, y de forma cariñosa y sensual al mismo tiempo la piel que le rodea la parte superior mientras que mi rodilla se acaricia con su inferior.
- Te quiero... - Casi un jadeo escapa de mis labios. - ... Te echaba de menos, cojín mío.
Sí, quiero a mi cojín de forma enferma. ¿Tú no?


Dedicada a My Fate's Pornosa y yaoista ewe
porque para nosotras siempre habrá algún cojín para
pensar que son quienes deben de ser.
 

domingo, 17 de abril de 2011

Ea.


Entonces, si no te gusta ni lo porno ni lo sangriento... ¿qué haces mirando mi blog?
  

Y, ¿yo por qué escribiré semejante estupidez?

Sé que quiero escribir porque noto las palabras y las sensaciones fluir por entre mis dedos pero, al mismo tiempo, soy incapaz de formar frases con las ideas que se arremolinan en mi mente y en cada poro de mi piel.
Lo insípido ha tomado el control y siento si estoy "sin sal" porque no puedo describir con habla lo que en verdad puedo llegar a hacer por una simple mirada así que no te cortes: 
mírame y descubre que en el fondo te aprecio; date cuenta de que quiero olvidar cada mal recuerdo de mi pasado entre tus brazos que es el lugar donde mejor me siento, que me protegen y me resguardan del frío invernal.

Ja, ja, ja,ja. Cursilerías las pocas. Aquí se acaba el show.

viernes, 1 de abril de 2011

El cambio del mundo celestial

Desde la ventana de su cuarto podía ver la gran extensión de la arena más blanca y pura que jamás había podido ver en vida. Su tacto era suave, según ella recordaba, y tan confortable que incluso su cama estaba hecha de la misma materia que todo lo que allí se formaba: la perlada arena. La luz no la cegaba nunca, aunque pareciese imposible, porque todo en tal mundo brillaba con una luz propia casi inhumana. Y nada de allí lo era. Cuando vivía en la tierra, por ese corto espacio de tiempo, aprendió que la gente no valoraba lo que en verdad importaba. Ella trató de cambiar sus opiniones, logró que unas pocas personas se diesen cuenta de una belleza descomunal que sólo está en los pequeños detalles. 
Videos, ellos fueron sus soldaditos en tal batalla sin lucha. Sus armas ante la incultura y lo deshonroso. Sus combatientes en pleno internet al frente del mundo.
O sonrisas. Delicadas y dulces que eran capaces de provocar olvidos en los malos momentos, todo cobraba la misma luz que ella misma sentía correr por su venas desde el momento en el que pisó tal preciosa tierra.
Una ligera brisa mueve su blanco vestido. La verdad es que jamás pensó que realmente todo fuese así de blanco y puro. Por un momento, pensó en la chorrada más grande que eso suponía pero, ¿quién era ella para juzgar al mismo paraíso?
El viento revuelve sus cabellos negros y los deja arremolinados a ambos lados de su morena cara con un encantador desorden. Sus ojos se fijan en el horizonte donde puede afirmar que es capaz de ver a dos nuevos invitados venir a su nuevo hogar. Sonrió al recordar gratos recuerdos que vivió junto a esas dos personillas. Así que, lo menos que puede hacer, es acercarse a saludarlos por los viejos tiempos. 
Extiende sus alas blancas de ángel y paloma. Una ráfaga de aire se desprende de ellas y revuelve su cuarto. Con un suave impulso salta por la ventana y vuela por las nuves esponjosas hasta llegar al lugar.
Dos muchachos claramente distintos y de dulces voces.
La muchacha sonrió.
- Te estábamos esperando... - susurró uno en alemán - ... Valeria.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Cerebro vs. Realidad

Gritos y gritos sin nada que contar desde el momento presente hasta el segundo en el que cesen y abandonen la fría estancia dejándolo todo vacío y abandonado a su paso. Te llevas las manos a la cabeza pensando que así, tal vez, los ruidos acaben con un susurro y no resurgan otra vez. Que equivocado estás... Ellos persiguen tu presencia a cada paso que te arriesgues a dar. Están unidos a tu cabeza para que jamás de olvides de cual es tu camino a seguir: el de la vergüenza. Admítelo, te gustaría olvidar todo lo que turba cada sentimiento positivo imponiéndose sobre él el negativo para aniquilarlo por completo y hacerse notar; lo siento, todavía no conozco remedio alguno sobre cómo huir del dolor que aquellos recuerdos vagos e incoherentes, horribles y sacrificados pero sin morir, te producen en cada una de las extremidades. 
No llores, vamos, relájate.
Lo mejor que puedes hacer en estos momentos es acunarte en tus propios brazos y susurrar palabras de ánimo para pensar que podrás escapar y esconderte de ellos. Alza tus acuosos ojos al cielo negro como el carbón que, encendido, prende tu interior; míralo con desespero y siente cómo, cualquier rayo de sol, se introduce en tus poros exteriores, cómo la luz se expande en cada una de tus moléculas. Vuelve a sentirte vivo una vez más.
No podremos quitarte la cabeza para que dejes de pensar; no podremos borrarte los malos momentos porque ya no quieres aprender de ellos otra vez ya que ya lo hiciste hace tiempo, cuando todo pasó; no podremos hacer nada para mejorarte pero sí que podemos darte algo mejor que eso: salvarte. Un poco, sí. Pero mejor una media sonrisa que morirte de asco eternamente, ¿no?

martes, 22 de marzo de 2011

Vini, Vidi, Vinci.

Un gran filósofo, llamado Sartre, filosofó sobre que el ser humano ha sido arrojado sobre la tierra, que su mera existencia no merece la pena. Él quitó los valores al ser humano, dijo que las relaciones sociales, que Marx calificaba de un intercambio económico, eran el más puro infierno; rechazó a Dios por robarnos la libertad. Llegó a inspirar un nihilismo mucho más radical que el superhombre engendrado por Nietzsche. Nadie ha llegado a la verdad tanto como él.
Y, es duro; lo sé. Debe ser horrible presentir el suicidio llamándote a ir con él. Al leer esta frase la mayoria de vosotros habrá cerrado la página de golpe y no pensará en leer más. Algunos ya no se atreverán a siquiera pulsar el link de mi blog porque lo tacharán de terrorífico o deprimente. Y, ni siquiera, han llegado al final del relato. Verán, yo expongo mis ideas por placer y no por fama ni para que sientan pena de mí. ¡Que rayo me parte y eso yo busco con mi arte! Adoro la tautología y eso se ve al entender mis escritos. Quieran o no quieran habrán leido pensamientos deprimentes y suicidas ocultados tras bonitas palabras. Pero, preocuparos por vosotros, mortales, que rechazais al caso perdido y apego a él por pena estáis unidos más de lo que habéis llegado a pensar. Miraros al espejo con cuidado y obsesión, contemplaros, admiraros, apenaros: soy yo quién os aparta de mi lado para que no molestéis mi ego y mi orgullo. Sois vosotros los acomplejados,los condicionados a esta vida que os han hecho creer y no abandonáis, idiotas.
Tras las "pequeñas" diferencias que nos distancian en la escala humana, - o, mejor dicho, animal -, os diré el por qué de mis creencias: abandono.
¿Acaso no sentís el terror y el miedo, la vergüenza y el fin acechar vuestros pasos? Todas esas emociones son latetntes en cualquier corazón de las muchachas fuertes. No todas llegan a sobrevivir a ellas, sólo unas pocas afortunadas de las cuales yo conozco alguna. He visto llorar, gritar, rendirse; lo he visto todo lo que ustedes puedan creer sobre ello, pero no las he visto avasallarse ante cualquier capullo que tratase de hundirla. Sus ideales son firmes y claros, confusos cuando la negrura tapa por completo la lucidez de su alma fortalecida por el escaso calor humano que puedan recibir al abrazarse a si mismas, solas. Ellas son auténticas heroínas, no serán machas pero sí las mejores. Ellas creen en las palabras de Sartre y demuestran que pueden hacerle frente a cualquier problema que delante se encuentre. Porque nadie las entiende, ni ayuda, ni aciertan; simplemnte les dan consejos inútiles que creen que ellas necesitan cuando no se dan cuenta de que no son más que burdas palabras para que el ego del "consejero" supere al suyo. Ellas prescinden de ellos. Son diosas. Son Supermujeres.
Y yo me alegro de ser una supermujer.

miércoles, 16 de marzo de 2011

¿Te has dado cuenta? ¿No? Acaba de caer un ángel del cielo.

- ¡Hola! Mi nombre es Terrance, 
soy un gatito tierno y mayor
que me gusta andar y conocer personas.
Me gusta que sepan las cosas malas y buenas
ya que cualquiera de ellas nos puede pasar a nosotros...
Y, por eso, quiero contarte una bonita historia,
el relato de mi vida.


Sí, ese soy yo.
Ahí mordisqueaba con cuidado y cariño el dedo de mi dueña.
Recuerdo que su piel siempre olía a miel y azúcar;
me daba de comer delicias.
Siempre estaba dispuesta a protejerme,
nunca me dejaba mucho tiempo solito,
si yo enfermaba, ella estaba conmigo.
Me cuidaba con esmero, y desapareció.
Un día me dejo solito...


Yo esperé meses delante de la ventana fantaseando que volvía a subir por el camino,
no ocurrió jamás.
No volví a oír sus pasos sobre la gravilla de la entrada;
no volví a oler su miel y azúcar.
Estuve tan apenado que dejé de comer,
ya no salía a pasear con mis amigos,
dejé cualquier relación e interacción de lado.
Yo sólo la echaba de menos con total pasión...
Estava solo.
Así que,
por miedo al abandono y al dolor,
me escondí en la cestita de hilos con los que solía coserme juguetes
y pasé allí los siguientes meses deseando despertar.




Pero la pesadilla no se pasó jamás.
Hoy por hoy todavía sueño en que me despierto acurrucado en su regazo.
Pero no es más que la arena en la que duermo
porque,
al irse ella yo ya no tuve hogar.
Mi sitio estaba a su lado y salí en su busca.
Me despedí de Ricky,
un gran amigo de la familia y mi protector.




Ahora me tocaba ser mayor y afrontar mis penas.
Tenía la misión de encontrar a mi dueña,
de oler su piel de nuevo,
buscar mi camino a su lado,
volver a mi hogar sin mirar atrás.
Y, crecí.
Maduré con el simple hecho de pensar en el encuentro final,
con la esperanza de que ella no me hubiese abandonado.
Y, por ello, viajé.
Seguí diversos olores que me llevaron a lugares que sólo veía en la televisión.
En todo camino me encontré con montones de gatitos,
millones de pajaritos
y comí bastantes ratas.
Hasta que un día hallé en un callejón
a una gatita peleona.
Éramos jóvenes,
no sabíamos mucho;
pero me acompañó.



Su nombre:
Celine.
Su olor:
Miel y Limón.
Mi estado:
Realmente enamorado de su mirada.
Y de su olor,
me recordaba a cada minuto con mi dueña,
tanto incluso que,
cada vez que miraba con cuidado a sus pupilas,
creía ver en ellos la mirada afelinada de mi dueña.
No dejé de andar,
ella me acompañó con cuidado
y con respeto.
Dormíamos donde caíamos




Pero nunca llegamos a más.
Nuestra relación era símplemente perfecta.
Celine y yo no tuvimos gatitos,
no podíamos darles la vida que ellos necesitaban.
Yo creía que los dos pensábamos eso.
Y por eso Celine me abandonó...
Se fue y sentí de nuevo el mismo vacío que aquel día
la misma hora en la que mi mundo se arrojó,
había perdido por segunda vez la miel.
Volví a mi casa,
o lo que yo creía por casa,
y, al entrar por la puerta especializada para mí,
ahí estaba.
El recuerdo de mi dueña impregnaba el aire,
me había echado de menos.
Sí, ese era mi hogar.
Ella cuidaría de mí desde el más allá
o desde donde estuviese.
Y yo ya no podría ser más feliz.



domingo, 13 de marzo de 2011

Trágico.

Por el bien de la Villa de la Hoja... 
Pero especialmente por ti, Sasuke Uchiha.
Quería morir como un asesino,
como un traidor.
A cambio de su honor,
le recompensaron con vergüenza.
A cambio de su amor,
sólo recibió odio.
Y aún así,
Itachi murió sonriendo.

Perdona, Sasuke...
No habrá próxima vez.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Recordar, todo tal cual.

Ocho horas, una eternidad. Se retrasaba 480 minutos a su propia cita; 28800 segundos tarde al lugar acordado.
Tal vez fuese una pura casualidad, tal vez le había pasado algo y yo estaba aquí, sola, ya desconfiando de él. O, símplemente, se había olvidado por completo de mí como podía pasar y más, con el paso del tiempo que pasaba allí de pie sin nadie más que mis propios pensamientos, obviedad tenía.
Y yo, como tonta, había caido en el encanto de su sonrisa. Eso no es propio de una aprendiz a asesina. Aunque, tal vez, era por eso; debía de tener miedo de mí, de mi propia personalidad. Soy una jodida asesina. No querrá quedar conmigo.
Dejo caer mi cabeza hacía a un lado, en signo de derrota. He perdido. Las otras se lo llevarían y a mi me dejaría sola. Las lágrimas caen de mis traicioneros y vacios ojos sin previo aviso y su regusto salado me es realmente deconocido en estas circunstancias aunque sea tan sumamente corriente. Apoyo el peso de mi cuerpo en el árbol a mi espalda esperando que mi compañero de grupo no se haya escondido entro los arbustos para verme llorar, será deprimente que lo admita ante él solo como para admitirlo frente a mi tío y sus-mis compañeros. Dejo caer mi peso sobre la hierba, la rozo con las palmas de las manos; sólo queda eso. Las gotas saladas de mi rostro caen sobre el verde de las hojas, no estoy llorando como debería. Sólo puedo llorar de ilusión al pensar que el ahora estará bien en su casa con otra chica, sólo puedo descargar mi dolor pensando que no fui yo quien le hizo daño: no cumplí mi misión de matarlo.
Porque, a cada momento que sonríe, caigo rendida ante los recuerdos...


- ¡Micaela! ¿Ya tienes que irte? - Su pelo se coloca agitado por los lados de su rostro. Sus ojos azules se tornan tristes.
- Nos espera un largo viaje, - comienza a responder mi tio - y si no nos vamos ya, no llegaremos a la hora.
Cisel toma aire y lo guarda. Sonrío porque leo en su expresión que lo que desearía guarda dentro de él sería mi aroma. Miro a los ojos del muchacho de siete años que hay frente a mí. Sin soltar la mano de mi tio en ningún momento, le sonrío con dulcura: sé que será la última vez que le vea, quiero recordarlo para siempre. Sólo soy una niña de seis años con deseos incomprensibles y ahora mismo lo daría todo por estar unos años más en aquel pueblecillo tranquilo y relajado. Daría un par de segundos de mi vida por verle sonreír aunque sólo fuese una vez más.
Y parece que lee mis pensamientos: sonríe. Me dedica una sonrisa en la que salen a relucir sus dientes, esos blancos y delicados dientes de leche que persisten en su boca. Sus ojos azules se cierran por completo de la amplitud de su sonrisa y extiende una mano. La miro con desconfianza, le gusta hacerme rabiar con truquitos de magia escondidos en sus manos. Pero él sólo abre los ojos y relaja la gran sonrisa en una cruva en sus labios. Abre la palma de su mano y me enseña un pendiente de un dragón. Noto como mi tio sonríe por detras de su bufanda y mueve su mano para que yo me acerque.
- Lo encontré en mi casa y pensé que... Tal vez... Que posiblemente te gustase y así te acordases de mí... - desvía la mirada, se sonroja cual color rojo verdura. Se muerde el labio inferior con inocencia. Que mono.
- Para acordarme de tí, sólo tendré que mirar las estrellas. - Digo. Mi tío coje con cuidado el pendiente de dragón y remueve la cabellera negra de Cisel. Él sólo escucha mis palabras: - Porque siempre que las vea, me acordaré de tu mirada y tu sonrisa. Te lo prometo.
Y sonrío. Le dedico la mayor sonrisa de las que jamás en la vida pensé que podría hacerlo.


Y no lo he vuelto a hacer. Desde esa última sonrisa ya no lo he vuelto a hacer. Sólo él se merece mis sonrisa. Y ahora no está.
- Micaela... ¿Estás ahí?
O, tal vez, sí.

sábado, 5 de marzo de 2011

Efímera Existencia

Mi amigo invisible y yo... Somos buenos compañeros.
Mi amigo invisible y yo... Me entiende como si fuese de cristal.
Mi amigo invisible y yo... Me hace olvidarme de los demás.
Mi amigo invisible y yo... No peleamos jamás.
Mi amigo invisible me quiere, me dice la verdad. 
Mi amigo invisible me escucha cuando lloro y detiene mis actos cuando no van a bien.
Mi amigo invisible nunca se aleja de mí y eso está bien porque yo le necesito a mi lado.
Mi amigo invisible es capaz de hacer las tonterias menos pensadas para verme sonreir.
Mi amigo invisible comprende cuando estoy mal y grito, él sabe que yo le quiero.
Mi amigo invisible me cuida en la enfermedad, no me deja delirar.
Mi amigo invisible siempre tiene hisrorias para contarme, nunca me deja callada.
Mi amigo invisible no parece un besugo como los demás, él sólo busca cariño amistoso.
¿Te gusta mi amigo invisible? A mí también, ojalá existiese de verdad.

Cabecitas Huecas

Somos cuerpo y somos alma. Tenemos esperanza e inhalamos deseos. Bebemos vida y perdemos tiempo.
No hacemos absolutamente nada en condiciones. O tal vez sí.
¿Qué nos diferencia de los demás seres humanos? La cabeza. Esas cabecitas huecas que se olvidan de la esencia que es el ser humano. Un sólo pensamiento que nos distingue de otros semejantes, una bobada.
Un sólo tick. un trastorno compulsivo, una mirada un tanto diferente es lo que  nos produce ese miedo tan incomprensible.
Si pudiese coger los malos defectos humanos y llevarlos al buen camino... ¡Es más! Si pudiese arrancar de las miradas ajenas ese odio y miedo, si pudiese rellenar los huecos vacios con un poco de empatía y comprensión tal vez ellos nos llevase a no tener que cambiar. Incluso podría fundar una escuela para aprender a ver las personas como son. No nos darían miedo esas sonrisas sin sentido; pero, ¿qué es lo que nos produce tanto terror? ¡Si es una sonrisa! mejor la sonrisa que vivir en seriedad y aún más si quien nos la envía es esa personilla que jamás pensaste que lo haría.
Ojala el mundo fuese la utopia que todos esos inútiles que creen gobernarnos nos dicen. Pero no está.
¿Quieres mejorarlo y conseguirlo? Empieza ya. Sólo tú podrás crear tu utopoa interna. Porque yo ya no puedo; total, sólo soy una nota apuntada en una servilleta.

Porque la vida es un sueño; y los sueños, sueños son.

+ Ayer soñé contigo.
- Ah, ¿sí? Y, ¿qué pasaba?
+ Verás, ya tenía las maletas hechas y en la puerta de mi casa. Me despedía de las pocas personas que habían venido a darme algún objeto sin valor para poder recodarlos en el fururo; tú no estabas...  Yo estaba triste porque a ti si te iba a recordar sin necesidad de objeto alguno...
- ¿Te extraña?
+ ¡Chst! Calla que no he terminado. Mis pasos vacilantes y temerosos del futuro me llevaban al andén. Y ahí estabas tú: triste, con miedo, perfecto. Como siempre. Te acercabas y me rozabas la cara con las yemas de tus dedos. Me decías que no me fuese. Que me quedase en la ciudas un poco más. Que querías decirme el gran vacío que se alojaría en tu pecho al irme yo.
- No suena eso a mis palabras...
+ Lo sé, ¿no ves que era un sueño?

jueves, 3 de marzo de 2011

Enfermedad, aléjate de aquí.

¡Hola, hola mis queridísimos y pocos lectores!
Os traigo un video que hicimos un compañero y yo el año pasado, ¡disfrutar!

¿Estás enfermo?

martes, 22 de febrero de 2011

Quando le stelle cadranno dal cielo, tutto ha una luce strana.

"Cuando una estrella cae del cielo, todo tiene una extraña luz"
De la cual no nos damos cuenta hasta que ha llegado el momento. Porque somos seres ciegos ante los milagros y las perfecciones. Vivimos en tal mundo de ideales e indiferencias que todo nos es sumamente distante y desconocido ya bien pueda ser algo que vimos ayer o hace más de diez años. No somos capaces de percibir la hermosura de las cosas tal cual nos rodean, sólo vemos aquello a lo que nos han obligado a creer con nuestra edad. Por eso, los prejuicios no nos abandonan. ¿Quién no ha juzgado alguna vez a una persona sin haberla conocido? ¿Quién ha dicho que no ante una aventura sin tener ni idea de qué trata? ¿Quién no ha rechazado una carta de San Valentín por venir del - de la - desafortunado/a de la clase o del colegio? Sólo por estúpidos estereotipos...
Porque no somos capaces hoy en día de ver más allá de la máscara que es el cuerpo humano - u otros objetos opacos o, incluso, ideas - para adentrarnos en lo más profundo del alma y maravillarnos ante su hermosura. Las personas que sí lo hacen, que son capaces de leer en lo más profundo de su ser y contestan un energético "sí" a todo aquello que se les plantea y, al leerlo, lo encuentran interesante son aquellas que en el fondo sí disfrutan de la existencia. Porque vinimos a la vida para usarla y aprovecharla y no tirarla cual trasto viejo u hoja gastada y rallada por tonterías infantiles a la basura; vivimos para ver la belleza con nuestros propios ojos humanos los cuales ya no ven nada por su censura y las vagas ideas del horrible mundo en el que creemos vivir y nos han obligado a verlo con esta estúpida norma de: " no más de aquí". Por ello, cuando las estrellas caen sobre la tierra nosotros nos encerramos en nuestros cuartos con una consola, una televisión, un ordenador... Algo de ocio - jamás de cultura - porque nos parece tan sumamente tonto molestarse en ir a mirarlo, pensamos que perderemos nuestro "valioso tiempo" - ya que aún así lo malgastamos nosotros mismos solitos, sin ayudas ajenas -. Pero los que si van, los que saben apreciar lo hermoso en cosas pequeñas y prefieren perder el tiempo descubriendo tales cosas que encerrados, sabemos y disfrutamos de la lluvia de lucecillas extrañas y curiosas que caen sobre la superficie terrestre a nuestros pies.
Nosotros sabemos vivir de verdad. Por ello hermanos, coger mi mano y seguirme a más allá de la mirada, crucemos el umbral con los ojos bien abiertos y espectantes. Cegémonos con las luces del alba, respiremos aire sin preocuparnos de su aroma, sintamos el tacto del viento rozar nuestro cuerpo.
Juntémonos humanos, fusionémonos con aquellos que saben sentir la vida tal como es - cuando así se desea - maravillosa cuando los rayos de sol te rozan la cara inaugurando un nuevo y divertido día más. 

domingo, 6 de febrero de 2011

Fusionémonos.

Su violín sonaba con dolor y desesperación. Estaba sentada sobre la roca cerca del lago donde la había encontrado la últma vez. Su pelo negro ondeaba al viento soltando ligeras gotas de agua que resplandecían por brillo propio ante la luna llena que reinaba en la luz del claro. Podía sentir como ella tenía los ojos cerrados para disfrutar de cada nota que escapaba por sus manos, por sus dedos, por su dulce música.
¿Todavía estaría enfadada? Él sólo había hecho lo que su hermana menor le había pedido. Pero ella no quería volver... ¿O sí? Era la primera vez que veía alguien como él y se sintió extraño al notar sentimientos contradictorios a los suyos... O, incluso, iguales con diferentes matices. Si pudiese sudar, seguro que ahora mismo estaría empapado. Si pudiese sonrojarse, seguro que estaría rojo de vergüenza. Si pudiese hablarla, lo haría.
Piensa en dar un paso al frente pero sus rodillas tiemblan. Piensa correr pero una presión lo retiene. Cree poder rozarla en su distancia de cinco metros pero sabe, que aunque puede expanderse, sus moléculas acuosas se desharían al tocarla. Por un momento, recapacita sobre si a ella le pasa lo mismo cuando piensa en él. Pero, ¿qué dice? ¿Por qué tendría ella que pensar en él? Y, ¿por qué no? ¿Acaso no es lo suficientemente bueno para ella? ¿Quién se creía?
Estaba perdiendo la cabeza.
- Danna - la llama - ¿por qué no te vienes con nosotros? - su voz tiembla ligeramente al decir nosotros. Estaba harto de que Alex se llevase a todas las chicas de calle. Esperaba que con Danna, su encanto no funcionase. La quería para él solo. Sólo para él.
Al oír su voz, la música se distorsiona. Suenan unos acordodes que anuncian terror, miedo y odio. Se para de golpe y su cabeza gira ligeramente hacía él.
- Los de mi es... Nuestra especie no se relacionan con inmundes humanos.
Puede parecer idiota pero una ilusión crece en su pecho al escuchar que formaban de la misma especie. Eso podía darle oportunidades.
- Tu hermana sí que lo hace...
- Ella no es como yo. Además, le gusta que la necesiten. Sin el oxígeno que les da, no pueden sobrevivir.
- Los humanos son un setenta por ciento agua, Danna...
- Nosotros un noventa y nueve por ciento, Safiro. -  Su cuerpo se derrite ante sus ojos y se materializa en frente suya. Sus ojos color aguamarina son tan profundos como las profundidades del mar de donde viene y se esconde. - No somos humanos. Se creen que pueden controlarnos cuando a nosotros sólo nos gusta fluir y nadar. Nos gusta sentir la libertad en cada molécula de agua de nuestro acuoso cuerpo. - Sus manos juguetean con los blancos mechones de su agitado pelo. Cierra los ojos. Aún siente los de Danna contra su rostro. A Safiro le gustaría poder suspirar al sentir su manos fundirse con su pelo y colarse dentro de él. ¿Por qué se sentía así?
- Danna... - Nota como sus extremidades se vuelven acuosas. Piensa que se va a derretir ante su contacto. - ¿Qué... Qué me pasa? - Su voz comienza a llenarse del tono con sonido a agua que tanto le disgusta. Nota la presencia de Danna más cerca de su rostro, siente que sus manos se han fundido en completo con él. Sus nervios aumentan, su cuerpo se derrite con mayor rapidez. - ¿Qué... Qué m-me haces?
- Fusionémonos. Unámonos en uno. Fúndete con tu mismo ser, Safiro... - susurra la pelinegra contra la piel de su hombro. ¿Cómo ha llegado ahí? Pero si... - ¿No es lo que sientes? ¿No notas nuestra esencia juntarse?
No lo notaba. ¡Y tanto que lo notaba! Asustaba, daba miedo. Le gustaba. Le hacía sentirse vivo; su esencia, esa pequeña bolita interior que le hacía comprenderla, se expandía por su ser chocándose con otra alma acuosa. Chispas que saltaban hacía todos lados, roces y caricias eléctricas, aunque de forma contradictoria, los unían a ambos. La sentía tan cerca que casi podía admitir que latían al unísolo.
Y desapareció.
Dejándolo solo y desconcertado, abandonado y jadeando. 
El valle volvió a su oscuridad habitual.