+ Ayer soñé contigo.
- Ah, ¿sí? Y, ¿qué pasaba?
+ Verás, ya tenía las maletas hechas y en la puerta de mi casa. Me despedía de las pocas personas que habían venido a darme algún objeto sin valor para poder recodarlos en el fururo; tú no estabas... Yo estaba triste porque a ti si te iba a recordar sin necesidad de objeto alguno...
- ¿Te extraña?
+ ¡Chst! Calla que no he terminado. Mis pasos vacilantes y temerosos del futuro me llevaban al andén. Y ahí estabas tú: triste, con miedo, perfecto. Como siempre. Te acercabas y me rozabas la cara con las yemas de tus dedos. Me decías que no me fuese. Que me quedase en la ciudas un poco más. Que querías decirme el gran vacío que se alojaría en tu pecho al irme yo.
- No suena eso a mis palabras...
+ Lo sé, ¿no ves que era un sueño?
No hay comentarios:
Publicar un comentario